domingo, 20 de noviembre de 2011

DÉCIMOCUARTA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


Breve recuento del semestre, y notas de la Exposición

    Como este es un espacio libre [así nos lo hizo saber el maestro, Doctor Armando Hernández Cruz], quisiera hacer un recuento de lo que ha sido este semestre. Antes que nada, hay que decir que fue muy estimulante intelectualmente la variante pedagógica de incorporar el uso de los medios informáticos para ir, semana con semana, reflexionando sobre los temas vistos en clase. En lo particular me agrado el hecho de preparar las notas para cada escrito, pero debo decir también que lo más difícil fue el uso del twitter. Y lo anterior, no por que no lo sepa usar, sino que jamás me imaginé que fuera tan complicado sintetizar en 140 caracteres un pensamiento. No me fue nada fácil. El uso de Facebook en cambio me fue más agradable. También tiene límites, pero es una herramienta extraordinaria, que sea bajo ese servicio o cualquier otro que lo sustituya, es claro que tiene muchas décadas de vida.
    Escribir semana a semana le implica a uno estar bajo cierta alerta; guardando notas, y no dejando pasar alguna reflexión que se nos ocurra en el momento. Pero más que otra cosa, la posibilidad de la expresión permanente es insustituible.
    Por otro lado, es cierto que la ausencia del papel en la entrega de tareas le deja a uno, algo así como una especie de incertidumbre sobre la calificación final que se obtendrá, pero dejando uno de verse a sí mismo, puede apreciarse que con el tiempo, no habrá otra manera de hacerlo, y entonces lo que se verá extraño y generará incertidumbre, será el uso del papel para la entrega de trabajos en clase.
Exposición:
    Pudimos exponer los otros dos compañeros y yo. Hubo una pequeña discusión en clase, pero creo que en términos generales salió bien. A continuación, la parte de extracto que me tocó exponer, y que pasamos en copia al grupo:
    La Legitimidad democrática del juez constitucional [CÁRDENAS GRACIA, Jaime. La Argumentación como Derecho. México, Instituto de investigaciones Jurídicas-UNAM, 2007; pp. 155-199.]
    Si en virtud de la paulatina superación del positivismo, en los jueces recae más la tarea de interpretar y ponderar, que la de solo “aplicar la ley”, y tienen la capacidad en los hechos, de anular leyes dictadas por el otro poder, el legislativo, éste sí, elegido por una mayoría cierta y cuantificable, entonces, en términos democráticos: ¿cual es el carácter de su legitimidad, y de donde surge; cuando los jueces “han sido adjetivados -por lo menos los constitucionales”- como poderes contramayoritarios?
    El nuevo Estado Constitucional, expone Cárdenas Gracia, -en oposición al Estado de Derecho- permite una rectificación al concepto de democracia basado en el poder de las mayorías, ya que en este nuevo Estado, la democracia implica también el respeto a los derechos humanos de todos, y por tanto, la expresión de éstos en principios constitucionales, y por consecuencia, su argumentación y sustento por parte de los tribunales. De ahí que a partir de la asunción del neoconstitucionalismo o principialismo (como algunos lo denominan), se impongan preguntas respecto a esta relación entre Juzgador y legitimidad: a) ¿Por qué el Poder Judicial, que no es producto de una elección popular, puede invalidar una ley emanada del Legislativo?; b) ¿Cómo la decisión democrática puede ser interferida por quienes no representan a nadie?; c) ¿Por qué parece que en el Estado constitucional democrático de derecho el poder se traslada del legislador al juez?; d) ¿Cómo se puede conciliar la legitimidad democrática con los derechos humanos?
    La legitimidad de un Poder Judicial depende de la dirección de sus decisiones. Afirma Cárdenas Gracia, retomando a Habermas y a Perelman, que para ser legítimo, el Poder Judicial se debe dirigir a un Auditorio Universal, y que lo hace cuando a través de sus decisiones “promueve los canales de la democracia participativa y deliberativa, es decir, establece las condiciones para generar las bases comunicativas en la sociedad y desarrolla la sociedad abierta y tolerante”... “cuando hace posible que las precondiciones de la democracia: libertad de expresión, derecho a la información, reunión y manifestación, se expandan e irradien en los ámbitos públicos y privados de la sociedad y en el Estado”; y “cuando se orienta a la protección de los derechos humanos en el sentido de consolidar una Constitución normativa”.
    Para lograr esta dirección en las decisiones del Juez constitucional y del Poder Judicial, se precisa de cambios institucionales y de cultura jurídica. Resalta algunos ya señalados por la doctrina: a) vinculación con el legislador democrático y con el Ejecutivo; b) racionalidad y justificación de las decisiones; c) garantías orgánicas; d) garantías procesales, y e) vinculación con la sociedad.
Una de las propuestas más significativas de Jaime Cárdenas, es la que denomina “control obligatorio previo de constitucionalidad abstracto”, que consiste es una reforma que le permita al Juez constitucional señalarle al Ejecutivo o Legislativo, las deficiencias constitucionales que pudiera presentar una ley o reglamento, pero antes de ser promulgada. De esto modo no sería necesario que posteriormente se pronunciara por la declaración de su inconstitucionalidad.
    Este mecanismo, permitiría una discusión interinstitucional entre Poderes, que finalmente evitaría que al momento de promulgar una ley, ya de entrada, se erosionara la legitimidad democrática de los Poderes Legislativo y Ejecutivo; al contar con esta posibilidad, a su vez, el Poder Judicial lograría comunicarse de mejor modo [a través de sus decisiones] con el Auditorio Universal: “Sería una forma de crítica interna del derecho... La medida corregiría las deficiencias deliberativas existentes en el Parlamento...

DÉCIMOCUARTA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]


Exposición: "Elaboración de un Ensayo-Guía, como parte del Cronograma y del Plan de Trabajo"

     Uno de los temas que más me llamó la atención a lo largo del semestre, fue el de los problemas a los que se enfrenta una investigación. Quizá me llamó tanto la atención por que sufro de lo que muchos: en el proceso de investigar, seguido me atraso o me desvío de los temas, o me tardo en algo más de lo programado, etc.
Por lo anterior, y la experiencia particular que sufrí en las vacaciones pasadas avanzando en la tesis, es que me decidí por exponer un tema con el que quizá alguien más se identifique.
    Inicié la exposición preguntándole a los compañeros si les había ocurrido alguna vez el “releer algo que escribieron, luego de un tiempo”...
    Cuando uno lo hace, quizá pueda sonrojarse por alguna falta de ortografía que se encuentre por ahí, o por la ingenuidad de lo escrito... o quizá por lo conmovedor de verse a uno mismo en el tiempo, unos años atrás... o siendo niño o adolescente...
    “Si alguien ha escrito alguna vez un diario o alguna reflexión... seguro le ha ocurrido también que al volverlo a leer se le vienen a la mente las emociones que vivieron cuando estaban escribiendo. Y tal vez para otra persona esa nota o reflexión no le diga mucho, o incluso no signifique nada; pero para uno, independientemente del contenido o forma de lo escrito, el texto y los símbolos, pueden llegar a ser toda una evocación de estados emocionales [o traumáticos, o pasionales, o anodinos], posiblemente ya olvidados, o no tan frescos en la memoria. Releerse puede tener ese efecto: traer fragmentos de memoria, que por diversas razones quizá se hicieron a un lado con el tiempo.
    “En las vacaciones pasadas estuve avanzando en mi proyecto de investigación. Pero por una u otra razón [falta de experiencia sin duda], en vez de avanzar, sentía que me estaba perdiendo: era como estar construyendo un laberinto. En ese casi mes y medio, no pude evitar hacer notas y saltar de un capítulo a otro, lo que fue alimentando un pequeño caos de notas y citas, junto a reflexiones aisladas. Pensando en todo eso, y ante la frustración que sentía por no poder avanzar en la tesis faltando tres semanas para entrar a este semestre, terminé por cambiar de estrategia y ponerme a darle orden a todo lo que había hecho durante casi un mes y medio.
    “Me sentía abrumado, así que me quise reconfortar un poco con ese intento de orden. Pero la cuestión es esta: que al hacerlo, en un solo domingo, sentí que avancé más que en el mes y medio anterior. Ya con el material ordenado, pude distinguir de mejor manera todo el proyecto de la investigación. Volví a tener el control de la idea inicial que me motivo a escoger el tema. Antes me empezaba a sentir perdido, y eso aumentaba en parte la presión para seguir estudiando. Este aliento de orden me llevó a que durante los días siguientes hiciera lo mismo, pero con un añadido espontáneo: seguí revisando el orden de las notas, pero le fui anotando otras ideas que aquel caos en que me encontraba no me había permitido. En una de estas notas casi me llevé dos cuartillas; no es importante la cantidad, sino el efecto que tuvo ordenar las cosas.
    “Las tres semanas siguientes, con el ánimo que traía, seguí avanzando, y al final, de catorce cuartillas originales que sumaban notas, citas y reflexiones aisladas, terminé casi con treinta. No es un ensayo propiamente dicho, no es para publicarse, es como una especie de Ensayo-Guía que mantiene el orden del trabajo realizado, y más que nada, le da consistencia y unidad de la idea que originalmente me motivó.”
    Sé de antemano que la idea no es para nada ortodoxa, y en algún momento se podría constituir como un lastre si no se tiene cuidado en observar el cuidado metodológico necesario para toda investigación. Tiene uno que tener eso en mente siempre. Ése Ensayo-Guía no tiene el propósito de ser el “Capítulo Tal”, sino la base sobre la que se haga el borrador previo a la redacción final.
    Finalmente, tampoco es algo tan novedoso: muchas de las veces así escribimos, la única variante quizá es que haciéndolo desde un inicio -Una guía-, en buena medida se evita el riesgo de perderse en la investigación, y las consecuencias que eso tiene en el ánimo para seguir adelante...

domingo, 13 de noviembre de 2011

DÉCIMATERCERA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


Jaime Cárdenas

    Siguen las exposiciones en clase. No hemos pasado. Estamos ansiosos por exponer. Somos un equipo de tres: una compañera que además de abogada es psicóloga, otro compañero que es un litigante nato... y yo [que no sé qué hago aquí, XD]... Hay algo de temor por que no nos quede tiempo de pasar al frente. El semestre está a punto de terminar. Escogimos exponer a Jaime Cárdenas, y lo siguiente es un adelanto de las notas que tenemos sobre él.
    Tiene una gran bibliografía [que no puede obviarse al abordar su pensamiento], y actualmente es diputado por un partido de oposición en la Cámara de Diputados. No puedo omitir que es mi asesor de tesis... Su influencia va creciendo en el medio académico y público, ya que en su actividad como legislador en los últimos años, ha producido algunas iniciativas extraordinariamente consistentes que reflejan su pensamiento teórico y político. Una de las más importantes, el año pasado, es la de una reforma constitucional al artículo 135...
    Sin duda Jaime Cárdenas se ha posicionado en los últimos años como un gran personaje de la vida académica. Es raro ver en la historia esta combinación: la del Político y el Científico. Max Weber nos alertó al respecto: no son lo mismo, pero Jaime Cárdenas parece conducirse bajo otra lógica. De su obra y currículum como servidor público [IFE, Consejo de la Judicatura, Profesor, Investigador y Diputado], me queda la duda de si privan más sus inquietud intelectuales por la necesidad de un conocimiento directo de su materia de especulación intelectual, o el compromiso social que impone la dramática realidad que vive el país. Su obra académica tiene siempre de fondo situaciones históricas concretas y contemporáneas. Son pocos los intelectuales que tienen ese grado de compromiso. Esta Universidad es irremplazable.
   Ante toda esta corriente llamada neoconstitucionalismo, o principialismo, Jaime Cárdenas se enfoca en hacer preguntas; las preguntas correctas: ¿Cómo es que un Poder, el Judicial, puede anular las decisiones de otro Poder, el Legislativo; si el primero no representa a nadie...? Y sobre esa pregunta desarrolla toda una reflexión que jamás pierde de vista su objeto de estudio. ¿Cómo es que se legitima el Poder Judicial? Por la dirección que le imprime a sus decisiones, nos dice. Por supuesto, la reflexión no solo vale para México, pero ya que aquí estamos... es inevitable ser consecuente con cada uno de los pasos que siguen al cuestionamiento.
    La parte de exposición que me toca, gira toda en torno a esa pregunta...

DÉCIMATERCERA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]

   Notas sobre una exposición   _
     Empezaron las exposiciones en clase. Los temas son libres [sobre cuestiones jurídicas y/o metodológicas], y la regla es que deben ser breves; de entre diez y quince minutos.
    La primer observación [por parte del maestro] fue que para exponer sobre algo, se debe saber del tema, y tomar muy en cuenta que generalmente el expositor parte de un prejuicio: el de suponer que todo su auditorio sabe de lo que está hablando. Este prejuicio, muy recurrente, termina por influir en el proceso de comunicación entre uno y otros. Para exponer correctamente, en primer término se debe hacer un planteamiento del tema con un lenguaje que sea entendido por los más posibles; y en seguida, dar por sentado que el auditorio le sigue a uno el paso en la exposición a partir del hecho de que el expositor es el especialista.
    Para el dominio del tema es igualmente recomendable el orden y la sistematización; se nos hizo una breve reflexión sobre la utilidad de los mapas mentales, y cómo éstos pueden auxiliar para la exposición misma. De la misma manera, también se reflexionó sobre la importancia de saber discriminar información, es decir, sobe cómo descartar alguna y resaltar otra: saber qué abordar, a fin de concentrar la atención en lo importante.
    Si se reflexiona un poco respecto a lo anterior, se puede uno encontrar que quizá esa sea la parte más difícil de una exposición, y más aún de una investigación académica... Saber seleccionar la información es posiblemente la tarea más ardua para quien se interesa en el conocimiento. Esta selección o discriminación material, suele constituirse al paso del tiempo también en una llave para nuevo conocimiento, más especializado; de ahí que no se debe tomar a la ligera este aspecto. El proceso intelectual de selección de la información lleva consigo más que un mero otorgamiento; es también una toma de postura, lo mismo para quien expone un tema ante un auditorio, que para quien investiga. Por lo regular, la sobreposición de una información a otra, nos establece una guía de antemano; y esta guía, será a la postre, la base sobre la que se construirá el conocimiento de interés. Es finalmente lo que particulariza ese conocimiento. Y es al mismo tiempo que inevitable, lo más difícil de hacer.
    En cuanto al objetivo primario del expositor [darse a entender ante su auditorio], no solo se debe tener presente el dominio del tema, sino hacerse de todos aquellos recursos didácticos para poderse darse a entender: estos recursos no solo son materiales, sino puede tratarse también de técnicas que permitan desde mantener la atención de los demás, hasta recursos gráficos que faciliten la comprensión de los temas que se abordan. De esta atención sostenida, es de donde puede obtenerse el resultado buscado.
    A las capacidades de expresión del expositor, también se une su capacidad de control del auditorio: de darse una desviación del tema en una discusión [reflexión del maestro], debe mantenerse el hilo conductor entre ésta y el tema tratado.
    Precisamente sobre este último punto, puede añadirse que el hecho de la pérdida de control en una discusión entre el expositor y su auditorio, o entre los miembros de éste último, implica sobre todo el desvanecimiento de la comunicación que en un primer momento se proponía el expositor. Una vez perdido el control del auditorio, deja de existir la recepción del mensaje. El caos se impone, y el expositor deja de ser el centro, para dejar su lugar a las posiciones aleatorias y generalmente no especializadas que abundan en todo público. Por lo anterior, es que ante un auditorio, se impone o debe imponerse por sobre todo el propósito del expositor.

domingo, 6 de noviembre de 2011

DUODÉCIMA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


Kelsen, ahora

    Se me quedó la idea de Kelsen y MacCormick. Es como una especie de Deja Vú conceptual, el regresar a este tipo de enfrentamientos intemporales, en los que un autor refuta a otro, pero al mismo tiempo parece complementarlo... Se me ocurre pensar en el renacimiento, pero las imágenes quedan demasiado lejos.
    Kelsen pretendió despojar a las normas de toda otra característica que no tuviera que ver con su invocado ser intrínseco. De esta manera es que despojó a todo el derecho de la riqueza de contactar con otras disciplinas: no cuando se trata de estudiar las normas, por sí; diría. Pero la cuestión es que las normas no son frías medidas de prevención hipotética, sino que en su ser encierran el contacto social más íntimo. El contacto social implíocito, y que permea a su pesar en toda norma, se sobrepone a la asepsia kelnesiana y reclama para sí otro ángulo de comprensión. Y es MacCormick es que intenta dárselo: para la Argumentación, que tiene por fin justificar, se tiene que tomar en cuenta a la razón práctica, pero también al escepticismo humano... estamos llenos de pasiones, y no podemos sustraernos a ese hecho innegable. A cada paso, a cada letra y palabra que sale del juzgador, la pasión humana se hace presente, y se quiera o no, no hay otra herramienta más pertinente para la justicia. En el fondo no hay conflicto entre estas dos, justicia y pasión humana, por que la primera solo puede ser resultado de la segunda. No hay otra posibilidad. Los robots jamás podrán suplir al hombre. Entonces, si no hay otra salida, ¿por qué no avocarse, desde el derecho mismo, a una comprensión mayor de este elemento impulsor? Quizá la respuesta no sea una sola, pero lo cierto es que no nos deja otra opción que pensar seriamente en ello.
    La justicia es un ideal, cierto, pero como todo ideal debe tener un asidero en la realidad, que nos permita enlazar el sueño, con lo posible. El estudio de las pasiones humanas, como potencial camino para reducir el costo de la falibilidad del juzgador, no pretende desbocar a este en aquellas, sino reconducirlo a su propósito primario de pretender la justicia.
    Quizá esa sea la mayor ventana que existe actualmente hacia Kelsen y la comprensión de su obra. En la medida en que se le combate, en ese misma medida queda de fondo, más intensamente, su intento de comprender al derecho de la manera más fríamente posible [despojándolo de los más elementos accesorios posibles]. Pero la intención ahora se puede ver más claramente: es la misma que la dominante ahora, en esta generación principialista: dar marcos que marginen en lo posible la subjetividad. MacCormick piensa lo contrario: si eso no es posible, quizá un mejor camino sea enfrentar el hecho, comprendiendo mejor su naturaleza. ¿? Kelsen redivivo.

DUODÉCIMA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]


Clase virtual, idioma, y lenguaje

    A lo largo del semestre el tema del uso de las redes sociales y su vinculación con la actividad académica ha sido recurrente. Y no es para menos. Las nuevas tecnologías de la información importan cambios de conducta a nivel individual que nos hace muy diferentes a como éramos hace apenas 20 o 30 años-; y no es necesario invocar a la imaginación para suponer que esto no se va a detener. El fenómeno reciente de la masificación de las redes sociales, nos deja muchas lecciones: una de las más importantes es la de ratificar lo imprevisible que resulta la tecnología, y en especial, la informática. La implementación tecnológica para este tipo de convivencia, ha traído innegables ajustes en la calidad de vida. Es cierto que también ha segmentado socialmente a los usuarios, pero a cambio ha ofrecido la posibilidad del acceso, casi inmediato, a una comunidad paralela a la contextual del individuo. No suple a la familia, ni a la actividad física fraternal en sí misma, sino que ahonda un aspecto innegable de la psíquie basado en la necesidad de pagar el menor costo posible al comunicarnos con los demás. Ahora conocemos, socializamos, y en buena parte dependemos de las conocidas como redes sociales. Pero es claro que éstas son solo parte de lo que nos espera. Un somero cálculo o especulación sobre los avances tecnológicos logrados hasta ahora, indican una tendencia que no se va a parar. Ha ido en ascenso y al mismo tiempo que se sostiene como fenómeno industrial y económico, empuja a una especie de expansión tecnológica masiva: nadie se puede abstener de la informática. Ésta se extiende, y al hacerlo obliga al cambio de comportamientos sociales e individuales. No es posible detenerla, y no es posible abstenerse de ella.
    En particular: nadie puede estar en contra de la educación a distancia, muy al contrario: las posibilidades que nos brinda la tecnología son magníficas para la enseñanza. Debemos esperar y estar dispuestos a crear nuevas formas de extender la educación basándonos en la economía de recursos que nos ofrece la tecnología. El solo imaginar que esa fuera la solución para que nadie se quedara sin escuela, ya es de por sí suficiente estímulo para promover la idea; siempre y cuando también se resuelva, de alguna manera [con el tiempo y en base a la propia tecnología], el problema de la inclusión de la experiencia propia del tomar “una clase presencial”. Quizá eso no sea una cuestión meramente generacional: algunos afirman que a esta generación [digital, por decirlo de algún modo] empieza ya a tener problemas para escribir caligráficamente; pero eso también es de esperarse. Si se hiciera una comparación ente los jóvenes de hace 20 años y los de hoy, qué respuesta tendrían las siguiente preguntas: ¿quien escribe más; quién lee más?
    Y el mejor ejemplo de ello, son aquellos jóvenes que se califican a sí mismo como chica-o-chico, facebook [aquellos que se la pasan en su cuenta, escribiendo todo el día]. Este comportamiento, podría verse desde el aspecto patológico, es cierto, pero también debiera, por justicia, comprenderse el hecho de la escritura en sí misma: importa un lenguaje diferente, propio, a veces agresivo con el idioma, pero no deja de ser un acto de creación.
    El juego de palabras, conceptos e ideas que fluyen a través de las redes sociales, aún si se comprendiera en su aspecto patológico, resultaría vencedor frente al hecho de la no-escritura. La historia empezó cuando el hombre dejó el primer registro de ella... así que despreciar el hecho de que un joven irrespete a las reglas de la escritura, por sí mismo, no nos dice mucho en realidad.

domingo, 30 de octubre de 2011

UNDÉCIMA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


El Juez Ideal: Kelsen y MacCormick

    Es muy interesante lo que nos está pasando como estudiantes. Cada teoría que es expuesta nos deja algo nuevo, pero especialmente, nos deja ver la importancia que existe sobre la indefinida concepción del Derecho como ciencia.
    De todas estas teorías que hemos estado viendo, la duda que más me queda es si realmente llegará un momento en que exista un aparato de justicia capaz de sustraerse de la emoción humana. Éste carácter, el de la emoción, es quizá el núcleo al que va dirigida la Argumentación del operador jurídico. De otra manera no sería posible persuadir a nadie: si el argumento no va dirigido a tentar los aspectos emotivos que se desprenden de cualquier situación conflictiva, entonces ninguna especulación tendría sentido. Solo lo tiene si por contraste se opone un argumento tentativamente justo, a otro, que se aduce que no lo es. La ley, la regla, puede sacrificable en ese sentido, ya que en pos de un bien mayor [la justicia], se deja de lado uno que ordena socialmente, pero que finalmente es reducido por las limitaciones que segundo a segundo son rebasadas por la realidad.
    La multiplicidad de teorías que ahora se describen como neoconstitucionalismo, o principialismo, todas propenden a dar marcos de racionalidad para el juzgador, pero en todas ella, solo MacCormick ha puesto énfasis que a la par que debe considerarse a la Razón práctica en el momento de juzgar, también debe considerarse a la pasión humana como elemento indispensable de la argumentación. Eso es ya un indicio muy significativo de lo que le espera por incorporar al derecho: más filosofía, más sociología, más política, más de todo...
    Muchas cosas buenas se pueden decir de Kelsen, pero que la más importante de todas ellas es que sigue vigente en razón de la crítica negativa y permanente que se hace de su pensamiento. No está por demás repasarlo, para ver por qué ahora se le atribuye tanto ser el autor de la presunta incomprensión del derecho, a partir de su intento de ver fríamente las cosas.

UNDÉCIMA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]

Protocolo de Investigación y Plan de Trabajo

    En clase nos decía el maestro que un Protocolo de Investigación nunca es un trabajo acabado, y que si se trata de un buen trabajo, entonces habría que asumir que el Protocolo requiere cuando menos de una reformulación.
    Al trabajo intelectual proyectado en el Protocolo, lo precisaría el Plan de Trabajo. Éste se guiaría básicamente por la preguntas del qué, cómo, cuando y donde, respecto las tareas necesarias para la investigación. Por lo regular, este Plan de Trabajo no lo piden como requisito institucional, es más para beneficio de quien pretende investigar; y se impone más como una necesidad para ordenar los recursos de tiempo y materiales.
    El Protocolo entonces tendría una guía más precisa que la que le proporciona el Cronograma. El Plan de Trabajo se fincaría en la segmentación temporal de éste último, pero además precisaría las actividades o tareas de una manera que darían contenido a las metas temporales. Para que esto sea posible, tales metas deben de cumplir con varios requisitos, pero en suma todos ellos conducen a que sean evaluables y cuantificables.
    Para ilustrar esta relación entre Protocolo y Plan de Trabajo, quizá se pueda acudir nuevamente a la imagen de la receta de cocina: el Protocolo sería la receta, el Plan de Trabajo en cambio, el detalle de cómo, cuando y donde se conseguirían cada uno de los ingredientes necesarios para el platillo a cocinar [la investigación]: Bibliotecas a las que se acudiría, número de cuartillas a redactar por semana, mes, o en general, en cada periodo de tiempo proyectado en el Cronograma; etc.
    Si se reflexiona con cuidado, quizá el Plan de Trabajo debía resaltarse más como requisito institucional para una investigación: a fin de cuentas, el tener conciencia sobre los recursos materiales y de tiempo, es siempre una ventaja para cualquier actividad. En el caso, emprender una investigación con un Cronograma, ya es una importante ayuda; pero la precisión de los recursos con que se cuenta para ello, lo es más, ya que hace más humano el esfuerzo del investigador. Por tanto, no debiera haber Cronograma sin Plan de Trabajo.
Toda investigación requiere un despliegue de recursos ciertos. El control de estos recursos [de tiempo especialmente], dan una ventaja considerable a la hora de sumar los resultados de la investigación. Los Planes nunca son gratuitos, y siempre serán la mejor manera de obtener buenos resultados: lo otro, el azar en el uso de los recursos, termina por postrar al que pretende obtener un resultado, de cualquier naturaleza que éste sea.
    No obstante, para completar esta reflexión, también se tiene qué decir que un Plan, por sí solo no es garantía de calidad en la investigación: El Protocolo puede ser la guía intelectual de ésta, el Cronograma su proyección en el tiempo, y el Plan de Trabajo el detalle del uso de los recursos, pero todo ello finalmente se supedita a la actividad intelectual del investigador. Es decir: el uso racional y por tanto, ordenado, de los recursos a desplegar en una investigación, son ante todo un recurso que da ventaja a quien la realiza, pero de ningún modo son un reclamo de pulcritud intelectual de la investigación misma. Y en cambio, sí puede considerarse tanto al Cronograma como al Plan de Trabajo, como un adelanto de eficiencia en la investigación.

domingo, 23 de octubre de 2011

DÉCIMA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


El esfuerzo por exponer a Alexy... y Latinoamérica...

     Este semestre ha sido muy intenso. Pensándolo bien, tiene mucho sentido que las clases sean solo de una hora y media, dos días a la semana. De lo que se expone en cada clase, es tal vez más relevante lo que se nos deja para llevar, que lo que se come ahí mismo. Han seguido las exposiciones. Ahora le tocó el turno a Robert Alexy. Tuvimos una extraordinaria exposición, de nuevo, pasaron al frente una compañera y un compañero.
     Algunos de pronto siguen sin saber que Alexy es alemán, y no inglés, pero no es eso lo importante, todos lo conocen. En cuanto a su nombre, pasa lo mismo que con Savigny, o Lasalle [que suenan a francés]. Alexy, se dice, no es considerado un gran teórico en Alemania e incluso en Europa [solo transmito algunas opiniones aisladas que he escuchado de vez en vez], y alguien por ahí llegó a decir que en Europa es considerado como un teórico “segundón”, y que no se sabe, por allá, en Europa, por qué en latinoamérica se le alaba tanto. Bueno, habría qué empezar por decir que quizá sea por su esfuerzo por darle un marco objetivo para tomar decisiones al juzgador [que tiene tan mala reputación en este lado del mundo]. Un submundo en donde sus élites intelectuales están tan atrasadas respecto a sus responsabilidades sociales, quizá y solo quizá, digamos que “aprecia” mucho, este tipo de esfuerzos.
     Junto con otra media docena de teóricos del derecho, excepto Perelman, que solo lo hizo a propósito de, ya que no era abogado, el pensamiento de Alexy está dirigido implacablemente a la psiquie del jurista. Su pensamiento permea en este lado del mundo, sobre todo por su intento de darle un marco de racionalidad sobre el que pueda fincarse la actividad del juzgador. “Quizá haya una fórmula semi-matemática que te quite la proclividad a”, pareciera decir. Ya la crítica en particular sobre su intento o teoría, será otra cosa. Pero por lo pronto Alexy -desde hace treinta años, y junto con MacCormick, 1978- lo que nos dice es que a pesar de la cadena de la subjetividad que se cierne sobre los hombres de todo aquel que tiene la función de juzgar, a pesar de ello, se debe hacer un intento por no dejar suelto al Juez que llegara a tener en frente la disyuntiva de sobreponer un valor a otro.

DÉCIMA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]

Esta semana no hubo artículo: se entregó el Protocolo de Investigación.

domingo, 16 de octubre de 2011

NOVENA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


Lenguaje y racionalidad en Atienza: su contribución para una Teoría de la Legislación

    La exposición sobre el pensamiento de Atienza, continúa. En un momento dijo el maestro, “vale la pena dedicarle una clase más”.
    El tema del lenguaje y la racionalidad en Atienza se expuso un poco en clase, pero se me ocurre abundar al respecto, y más por que lo que aborda se trata de un adelanto de tareas futuras.
    Me causó una gran impresión leer el ensayo de Atienza al que semi-humildemente tituló “Contribución para una teoría sobre la Legislación”. A lo largo de toda su reflexión, una y otra vez aclara que solo son notas para, y sin embargo a logra que su mensaje llegue a uno: no existe una Teoría sobre la Legislación, siendo que ahí, en la actividad que arroja reglas y leyes, se encuentra buena parte de la solución jurisdiccional.
    El centro de las consideraciones de Atienza para sus notas sobre una Teoría de la Legislación, lo constituyen los niveles de racionalidad desde los que se puede contemplar la legislación como fenómeno. Estos niveles de racionalidad están gradados en 1. racionalidad linguística (R1); 2. racionalidad jurídico-formal (R2), 3. en cuanto a su pragmatismo (R3); 4. Teleológica (R4), y 5. la de naturaleza ética (R5). A su vez, los elementos de estos niveles se desplegarían en Edictores,Destinatarios, Sistemas Jurídicos, Fines y Valores.
    Estos niveles de racionalidad que a su vez se entrelazan con los elementos mencionados, propenderían al perfeccionamiento del producto legislativo: desde R1, hasta R5, la actividad del legislador no tendría -de acuerdo a Atienza- otro propósito que el de la racionalidad del acto estatal de creación legislativa.
    Entre otras cosas, tambien señala diversas formas de relacionar uno y otro niveles de racionalidad y les atribuye tres objetivos: 1. La búsqueda de cierta unidad o articulación (R1, y R4, por ejemplo, en cuanto a medios y fines); 2. De carácter epistémico, consistente en determinar las técnicas para potenciar la racionalidad legislativa, y su diferenciación con las Teorías de la legislación; y por último, 3. el de evitar un sesgo ideológico respecto a la sobrevaloración de las propias teoría y técnicas legislativas.
    Respecto a este último punto, Atienza señala que al implicarse en el proceso legislativo diversas nociones de racionalidad y converger éstas en sentidos distintos, es difícil sino es que imposible satisfacerlas al mismo tiempo; lo que en el fondo conlleva limitaciones de la propia técnica legislativa, ya que no necesariamente “todos los grupos sociales” están interesados “que los objetivos manifestados en las leyes se cumplan en la realidad”.
    La cuestión de todo esto es que una mejor Legislación, le evitaría al Juzgador, sobre todo, exponerse al riesgo de lidiar, además que con las viciscitudes propias del caso que se le presenta, con otro juicio anexo, respecto a la norma o ley invocadas. No es poco, entonces, lo que implica la observación y sugerencia de Atienza...

NOVENA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]


Los obstáculos de la Investigación

    En particular éste ha sido uno de los temas más provechosos del semestre. En la semana se abordaron los obstáculos a los que se puede enfrentar una investigación, y en el mismo sobresalió de manera muy relevante algunos consejos de carácter pragmático, y muy útiles para quienes tenemos el compromiso de investigar.

Obstáculos

   1. El tema. La recomendación fue que se debe uno casar con el tema que se investiga. Que no es conveniente el saltar de un tema a otro, especialmente por que no hay garantía de que el nuevo tema no vaya a generarnos las dudas del anterior. Todo ello, puede evitarse si se tiene mucho cuidado al momento de seleccionar el tema que se va a investigar. La importancia de una buena selección del tema, redunda no solo en el diseño ordenado de la investigación, sino en la calidad con que la investigación se aborda.
   2. Elección del asesor. Se hizo la recomendación, por parte del maestro, de que en la relación con el asesor de tesis, se privilegiara sobre todo el carácter metodológico de su guía; por encima de su conocimiento del tema. Hubo una reflexión muy amplia al respecto, pero la conclusión fue la metodología sobre todo, define la calidad de la investigación, más que el sentido positivo o negativo que se concluya respecto a la hipótesis planteada inicialmente.
   3. Información. Ésta, se nos dijo, no existe por sí, sino que debe buscarse, y por tanto, hacer un ejercicio de selección de la más útil para el tema que se investiga.
En este punto, la reflexión giró en torno de los límites psicológicos que pueden surgir al momento de investigar. “El mayor obstáculo que se pone uno mismo, es alegar que no hay información sobre el tema que se investiga”. “Es el pretexto ideal para no hacer nada”... “Siempre hay información, pero debe saberse buscar”. “A veces no se encuentra en un libro, sino en una parte pequeña de él”...
   4. Dificultad. El suponer que la tesis es un tema muy complejo, es otro de los obstáculos clásicos que se presentan a la hora de investigar. Este obstáculo supone supone la mitificación que se ha hecho de la tesis; y en general del gran mito de la investigación.
   La investigación debe ser realizada de una manera sencilla y fluida. Sin temor. Y como contrapeso a esa sencillez, se debe estar consciente que la tesis es solo un trámite, sí; pero es un trámite que debe hacerse bien y a con mucha conciencia.
Se nos recomendó, por parte del maestro, que si la tesis resulta de 4 capítulos, se procure equilibrar su contenido, es decir, en aproximadamente 40 cuartillas por cada uno de ellos.
   5. Planeación. “Una inadecuada planeación, es la mejor garantía de fracaso en una investigación.” Problemas clásicos: a) “No estamos habituados a planear nada”. b) Debe haber un Plan de Trabajo, con estrategias, de cómo, cuando y donde...”; c) un cronograma que nos señale tiempos, metas, plazos, etc., y al cual se debe uno ceñir lo más posible. Éstas metas, deben ser de algún modo, “evaluables o medibles”, respecto a los tiempos que uno se propuso en la investigación. Si por alguna razón, este Plan no se cumplió, se puede reprogramar. Pero si ocurriera que una segunda ocasión tampoco se cumple, se debe encender la alerta de que algo malo está pasando en la investigación; y si ocurriera una tercera ocasión de incumplimiento, por mayor razón, se debe poner mucha atención al problema, ya que se podría estar frente a un obstáculo de otra naturaleza.

domingo, 9 de octubre de 2011

OCTAVA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


Exposiciones: Atienza, un amable Bellboy para todo aquel que estudia Derecho...

     Esta semana empezaron las exposiciones en el grupo. Las reglas que nos indicó el maestro para exponer son: a) no usar apuntes, y b) dejar un espacio al final para discutir en el grupo. Los primeros compañeros en exponer lo hicieron sobre Atienza. Este teórico del derecho tiene mucha reputación es bastante bien aceptado en el medio docente y estudiantil. Es citado en varias materias, casi en todas, y eso indica que su pensamiento no se reduce a un par de ideas. Quizá sea en parte por la cercanía del idioma, o quizá en parte por que es contemporáneo. Es claro en su escritura, y sus ideas son muy amables y digeribles intelectualmente.
     La exposición empezó con una alusión a Miguel Reale, y su Teoría Tridimensional del Derecho [Valores, y Hecho y Norma], para darle pauta al tetradimensionalismo de Atienza, quien le añade un aspecto más: El derecho, dice, sí es Valor, es Hecho, y es Norma, pero también es Argumentación: la argumentación en principio, no se da como un acto lateral de la jurisdicción, sino que surge y a la vez es impuesta por el Estado de Derecho, en donde la premisa más notoria en todos los aspectos de la vida pública estatal y social, es que la razón debe estar por encima del Poder.
     Respecto a la clase en que poco a poco se nos fue presentando el pensamiento de Atienza en torno a la Argumentación, solo se puede decir que fue una muy buena exposición por parte de la compañera y compañero que pasaron al frente; para bien, nos llevó dos clases; que entre otras cosas sirvieron para que el grupo se adaptara a la dinámica de las exposiciones. En algunas pausas se dejó espacio para preguntas y respuestas, y al final también hubo tiempo para reflexionar sobre lo expuesto. Hubo algo de emoción y también de nerviosismo en todos, ya que lo completo de la exposición eleva el compromiso para las siguiente presentaciones. Ya para estos tiempos, todos estamos familiarizados con las diferentes teorías sobre la Argumentación Jurídica, pero también hay qué decir que es muy notorio el hecho de que también seguimos luchando con los vestigios del positivismo con el que fuimos educados. Posiblemente esa sea la mayor lucha interna de algunos de nosotros. El no tener cierta una nueva concepción del derecho que sustituya a la Kelseniana, termina por dominar la conciencia estudiantil e imponer una especie de desprotección teórica. No es el caso de todos... creo que solo de aquellos que tenemos muy arraigada la idea purista y piramidal, ordenada, de la jerarquía normativa, y la abstracción absoluta [pura] del derecho, de toda otra consideración política, social, y más aún, emotiva [contaminadora].
    Atienza se nos presenta como un pensador amable para todos nosotros. Su teoría no es complicada: reniega de la complejidad kantiana, sin renunciar en lo absoluto a la filosofía, como arma total para diseccionar las cosas. Atienza: la Argumentación está compuesta por a) una actividad linguística -racional-, b) ... una conclusión... c) Premisas (ratio decedendi)... d) la relación entre conclusión y premisas... Y lenguaje, lenguaje, lenguaje... = Racionalidad... Nos la presenta fácil -!por supuesto que sí¡-, y el único telón de fondo es nada menos que la filosofía... Ligero, Ligero, como los caballos de mi pueblo... En nuestro caso, Atienza es como una especie de Bellboy... que a los estudiantes de derecho nos trata como Grandes Señores, y con una gran sonrisa nos abre la puerta del Hotel California... XD...

OCTAVA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]


1. Las redes sociales; y 2. el carácter bibliográfico del Protocolo de Investigación

Las redes sociales

    Parte de la clase de dedicó al tema de las redes sociales. Éste tema ya había salido a relucir en clases anteriores, pero quizá esta vez mereció más atención debido a que parte de las actividades comprenden la publicación de comentarios en esa vía: Facebook y Twitter. Hubo un poco de polémica. No es para menos: el efecto social de estos medios de interacción [red], pueden sentirse, pero todavía no pueden tener una medición cierta respecto a sus efectos. Quizá, como se dijo en clase, ya no solo sean un distintivo generacional, sino un medio del que en principio no es bueno abstenerse. Y ésto último, puede deberse a una cuestión de preferencia numérica [todo el mundo tiene una cuenta de este tipo], pero también a que finalmente representan innegables ventajas para socializar y comunicarse con los demás. Por otro lado, puede decirse que un medio como éste puede tener muchas desventajas o representar como sea un vicio cuando se abusa de él, o que sea propicio para la manifiestación de psicopatías individuales; pero lo que es evidente e innegable, son sus potencialidades de divulgación.

El carácter bibliográfico del Protocolo de Investigación

    A partir de esta semana, el tema del Protocolo de Investigación va a ocupar prácticamente lo que resta del semestre. Se hablo de éste como el diseño de la investigación. Un Protocolo, sería sobre todo eso: una serie de pasos para llevar a cabo una investigación. El método entonces, se equipararía tanto a los pasos a seguir, como al desarrollo de cada uno de los pasos que involucran la investigación. Ésta, partiría de plantear [1] una pregunta, que debería corresponder a una pregunta de carácter cerrado, es decir, que solo aceptara en principio una respuesta afirmativa o negativa. Un sí, o un no. Enseguida, habría [2] una hipótesis, la cual contendría la respuesta tentativa a la pregunta de investigación. Y luego de esta, [3] el diseño de los medios de prueba de esa hipótesis planteada: que en suma estarían contenidos en el diseño del capitulado de la investigación. A partir de entonces, [4] el siguiente paso sería el recabar esos medios de prueba, y a partir de este punto, iniciaría el análisis; las conclusiones [5], constituirían la parte final del diseño de la investigación, en donde se contendría el resultado a que se llegó luego de analizar los medios de prueba, en relación a la hipótesis.
    Uno de los aspectos más importantes, fue la precisión del carácter bibliográfico de una investigación. Esta no puede llevarse a cabo sin contar con ese elemento. Se dieron algunas características elementales: a) la bibliografía no debe ser de más de cinco años hacia atrás, excepto cuando se trata de textos clásicos; b) tiene el propósito de saber lo que han dicho otros autores sobre el objeto de estudio; c) en la búsqueda de la bibliografía, no debe esperarse que el objeto de estudio sea abordado en pleno o directamente; quizá esa búsqueda debe centrarse en aspectos especializados del objeto, y no en el objeto de estudio mismo; y por último, d) se recomendó que cuando menos se citen cinco autores por cada capítulo.
    En este último aspecto, ocupa un lugar muy importante de la investigación, el saber seleccionar la información a la que se recurre. Solo tomar lo útil; pero para ello, antes que nada se debe relacionar tanto el marco teórico, con el objeto de estudio, y a su vez éstos con el diseño que se hizo de la investigación.
    Por lo anterior, hubo la recomendación de que en la búsqueda de la información, se tuviera siempre presente que ésta puede encontrarse como parte de otras investigaciones y disciplinas, y no necesariamente coincidir con el título total o parcial de la investigación, o incluso el objeto que se está investigando.

domingo, 2 de octubre de 2011

SÉPTIMA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


La Argumentación como método
 
    A lo largo del semestre se ha tocado continuamente el tema de la Ponderación de Principios en la actividad judicial. Por motivos distintos y bajo la perspectiva de la interpretación judicial, se ha ido construyendo una reflexión mínima sobre las distintas teorías y propuestas que existen en distintos autores. La semana entrante inician las exposiciones de diferentes teorías al respecto, y se nos ha ido indicando que al no tratarse de teorías omnicomprensivas [todas tienen aspectos sustantivos, intelectualmente], deben abordarse con una visión crítica y abierta. Todas son importantes, se nos dice.
    Al respecto, estas teorías resaltan más cuando se les toma como modelos de. Es muy interesante ver [aún con las limitaciones de conocimiento] cómo a través de un modelo argumentativo por excelencia, se construye otro modelo, uno, propio y particular, sobre la Argumentación, jurídica. En cada una de las reflexiones que se han hecho a lo largo del semestre, se ha puesto énfasis en lo relativo de las conclusiones de éstas, especialmente en su pretensión de ser científicas; vista ésta [la ciencia] antes que nada, como aspiración de universalidad.
 
El aborto... de la mujer [como sujeto de decisión]

    Se nos ha encomendado también el análisis de los argumentos que esgrimieron los Ministros de la Suprema Corte de Justicia ante el problema reciente del aborto [para decirlo formalmente: “de su decisión respecto a la constitucionalidad de una reforma en la materia, contenida en la Constitución Local de Baja California”, donde se privilegia el derecho a la vida del cigoto por sobre el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo]. Este es uno de los temas más difíciles que existen en el derecho. Supongo, o quisiera que eso fuera: “una suposición”, que el tema es uno de los más difíciles que se le pueden poner enfrente a un “Juez”. Y en mi “suposición” no puedo evitar fantasear sobre la posibilidad que en ese tema se privilegiara la opinión de las mujeres. Es un tema tan grave, y comprende tantos aspectos de la psíquie humana, que nuevamente no me atrevo sino a supeditarme a la opinión que por cuestiones de género puede tener la mujer al respecto. Una vida humana; una vida que depende de uno: no imagino una responsabilidad mayor. Pero ante todo, no imagino una invasión de género más grande que esa. En la decisión de la Corte solo tuvieron presencia dos mujeres, de once Ministros. Y si eso no describe lo machista de nuestra sociedad, y más en una decisión de esta naturaleza, no sé qué otra cosa lo podría describir. No me estoy pronunciando a favor o en contra de la decisión, precisamente ese es el punto para mi: que en la decisión se debería privilegiar la visión de género: es una cuestión tan grave, que ante todo, el factor decisivo debería ser el factor de género. Los deseos o la necesidad del hombre, en un sociedad que se pretenda libre, y en todo caso, en una relación de pareja amorosa, incluso bajo la figura del contrato matrimonial; insisto, por cuestión de capacidad e incapacidad de género, debería imponer el reconocimiento de un límite decisorio. Lo contrario, a mi juicio, es invasivo, destructor de la identidad, machista y esclavizante para la mujer.
    Es claro que este debate no terminará jamás. Cuando menos en occidente, no terminará en tanto las concepciones judeo-crisitianas sobre la mujer sigan moldeando la cultura. Ni siquiera, por desgracia, se trata de una cuestión puramente religiosa. La religión en la humanidad tiene su lugar, pero no considero que el problema del aborto comprenda a toda la religión como fenómeno. Se trata más bien de una cuestión cultural; de primacía social, de segregaciones de clase, económicas, y políticas, en todo caso. En estos temas, la cultura más intima de una sociedad, se impone, y no deja lugar, ya no digamos que para la ciencia, sino que ni siquiera para el reconocimiento de la realidad más cruel [la pobreza, la ignorancia, la postración social, étnica, etc.]. Una de las reglas más importantes para la ponderación de un principio [Robert Alexy] por encima de otro, es precisamente que el principio sacrificado compense en su sacrificio la mejor condición de realización fáctica del principio prevaleciente. Es decir, en el caso del aborto, que lo sacrificado, el principio de la decisión de la mujer sobre su propio cuerpo, se vea compensado por la mejor e inmediata realización del otro principio, el de la vida producto de la concepción: ... pero ¿existe esa posibilidad en una sociedad en la que ningún niño tiene garantizados los derechos más elementales al trabajo, a la alimentación, la salud, la vivienda y la educación? 
    No obstante, muy por encima de la pregunta anterior se encuentra un problema de distinción biológica. Identitario, si es que cabe esa palabra. Se trata de una cuestión de género; el aborto es un tema exclusivo de la mujer, y en todo caso, en una situación idílica, solo a ella le compete decidir sobre el tema. No digo si a favor o en contra, sino al respecto: en cuanto a la superposición de un Principio por sobre el otro. Los derechos de la paternidad debieran siempre estar sujetos a esa barrera natural. Lo contrario: digamos en el supuesto imaginario, que un Ministro -hombre-, dijera que el cigoto tiene la misma dignidad que una mujer, antes que erróneo interpretativa o jurídicamente, sería terriblemente invasivo de la mujer misma, como género; y colocaría al derecho, nuevamente, como un instrumento de la peor de las dominaciones.

SÉPTIMA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]

El concepto de concepto

    Tanto la semana pasada como ésta, se empezaron a abordar temas de lógica, y el papel de esta en una investigación científica. Dentro de todos estos temas, se insistió en comprender uno de los caracteres más importantes de la lógica aristotélica: de qué se compone y cómo se estructura un concepto. Pareciera que el tema no merecía más atención que el de dar una fórmula, pero en cambio se tomó como punto de partida para hacer otro tipo de reflexiones. Antes de formular un concepto jurídico, se tiene qué tomar muy en cuenta que a éstos les precede una lógica básica o común a todos los conceptos. Para ilustrarlo, se nos dejó un ejercicio respecto a temas que a primera vista eran fáciles de describir a partir de la lógica de Aristóteles. El ejercicio aparantemente sencillo, consistía en describir los objetos a partir de: A. Género próximo, y B. Diferencia específica; para así poder construir un concepto de ellos.
    Los temas que se nos encargó para reflexionar fueron el de 1. Ciencia, 2. Justicia, 3. Concepto, 4. Democracia, 5. Amor, 6. Estado, y 7. Derecho. Y lo que parecía fácil en un principio dejó de serlo cuando las diferentes formas de definir cada concepto se hizo presente. Se tuvo que extender el ejercico en clase, ya que cada concepto mereció una reflexión particular. Describir el género a que pertenecen puede no ser tan sencillo.
    De este ejercicio se partió a otro todavía más difícil, el que hace García Máynez en su libro de Introducción al Derecho. 1. Lo que con los conceptos jurídicos fundamentales [norma, persona, deber-obligación, coacción, sanción, , orden público, etc.]; 2. de los conceptos jurídicos esencialmente controvertidos [justicia, p.e.], en donde no existe una uniformidad de criterio; 3. los conceptos de carácter general que comprenden enunciados jurídicos [ se puso el ejemplo de “noche”, contenido en alguna legislación], que esencialmente sirven para la descripción de un objeto; y 4. el de “silogismo jurídico”, que sería un razonamiento compuesto de premisas (PM + Pm), y un resultado o conclusión. Por ser el tema, también se abordó el del “entimema” [aquel en el que la Pm, va implícita: todos los hombres son mortales, Luego entonces soy mortal [se da por entendido que se es Hombre]. De ahí, si se les atribuyera un carácter verdadero a las premisas, se seguiría también que la conclusión es verdadera.
    También se reflexionó sobre los vicios del razonamiento: aquellos que aparentan ser verdad pero si se atienda a las reglas de la lógica no lo son. Los ejemplos más recurrentes son la falacia [aquella que guarda una bella forma para engañar], y el sofisma: aquel que extrema la lógica en una parte del razonamiento, pero carece de ella en la parte fundamental. Respecto a este último “vicio”, el sofisma, no debe perderse de vista que es una definición bastante sufrida a lo largo de la historia. Pervertido en su origen, éste término pretende describir el abuso parcializado de la lógica, pero pasa por alto que la figura del sofista también alcanza al gran maestro de Platón, y por tanto de Aristóteles. Es histórico y hasta un lugar común describir a Sócrates como el mejor de todos los sofistas; ya que el sofista era entonces, un provocador del razonamiento, y precisamente en eso consiste la injusticia histórica. El sofista por excelencia, era el provocador de más razonamientos en torno a un objeto de especulación. De pregunta en pregunta se podía hacer un repaso de la lógica de los razonamientos en que una y otra se sustentaban. Así puede apreciarse en los Diálogos de Platón. Finalmente, la genialidad de éste, y su alumno Aristóteles, terminaron por dar un lugar preponderante al pensamiento de Sócrates; pero tal cosa quizá haya sido más producto y resultado del amor que le profesaron, que de una intención deliberada por socavar el pensamiento de sus contemporáneos sofistas.

domingo, 18 de septiembre de 2011

QUINTA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


La argumentación

    Las clases de esta semana se ocuparon en hacer una breve descripción de operaciones lógicas elementales. Hubo ante todo la intención de asociar cada una de estas operaciones con la argumentación en abstracto.
Se habló de las inferencias. Una inferencia sería el concluir consecuencias de la conjugación de determinadas proposiciones. Éstas consecuencias serían, a) de carácter mediato, si comprendieran dos o más proposiciones, y b) inmediatas, si tuvieran una sola proposición. Este mecanismo de la inferencia se complejiza cuando se trata de una pretensión de pensamiento científico. O de los silogismos: el silogismo [cadena de premisas] tendría como algunos de sus elementos a los términos mayor [T], menor [t], y medio [m], etc.
    Pero todo lo abordado, estas operaciones lógicas elementales, se dirigieron a cada oportunidad hacia los temas de la Argumentación, la persuasión y el discurso. De los temas de lógica, se seguiría que la Argumentación estaría constituida por una serie de proposiciones, que se siguen de otras proposiciones previas. La persuasión de un discurso en tanto, no está sujeta a su corrección lógica, sino al convencimiento sano o insano, bienintencionado o no, de un sujeto determinado; en cambio, ésta corrección lógica sí sería necesaria, si se pretendiera su validez como argumento científico.
    La validez de un argumento estaría fundado sobre todo en la lógica de sus proposiciones; y a su vez, la calidad lógica de la secuencia entre proposiciones, sería la garantía de esa validez. Si entre ese encadenamiento se encontrara una falla, ésta redundaría en todo el entramado de la argumentación. De esa manera, si existe un encadenamiento de la argumentación entre A y Z; y B, L y N, tuvieran deficiencias lógicas, no podría aislarse el fallo y concluir como válido todo aquello que no fuera B, L y N; sino que la deficiencia se extendería de A a Z.
    En cambio, si el argumento fuera secuencial pero no estuviera encadenado, las deficiencias podrían aislarse y rescatar entre A y Z, aquellas proposiciones que de manera independiente representaran o contuvieran corrección lógica en sus postulados. Esto último es lo más común en mucho del pensamiento universal. El pensamiento de un autor puede considerarse como debatible en algunos aspectos y en otro no; o para ilustrarlo de un modo coloquial: el primer tipo de argumentación se parecería a un edificio, cuya estructura conforma un solo bloque, dependiente e indivisible. En tanto, el segundo tipo de argumento se parecería más a un fraccionamiento habitacional, en donde cada unidad está unida, pero a su ves guarda independencia entre sí.
    Es común que en la obra de algunos autores ocurra que el dominio de una disciplina o aspecto de ésta, se imponga sobre otros aspectos o disciplinas involucradas. Se pueden pensar en muchos ejemplo, pero a propósito queda bien la imagen de algunos escritores o críticos que gozan de mucho prestigio intelectual o científico en una disciplina determinada, y son terriblemente criticados cuando abordan temas fuera de su especialidad o dominio. Aquí, en este ejemplo, puede apreciarse al mismo tiempo que el fenómeno de la especialización del trabajo, que el de la indisciplina intelectual: el prestigio en una disciplina o tema, no otorga autoridad intelectual absoluta. Y de esta ilustración se puede concluir también la conveniencia de reducir o concentrar hasta donde sea posible el objeto de estudio temático.

QUINTA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]


¿Existe un Método Jurídico?

    Ésta semana, el tema que se llevó las palmas fue resultado de una pregunta que surgió en clase. Se estaba abordando el tema del método jurídico en una investigación, cuando de un tema se llegó a otro, hasta que la pregunta surgió: ¿Existe un método jurídico? Y en caso de que lo hubiera, ¿Habrá uno solo, o habrá muchos?.
    La reflexión no concluyó, e incluso de dejó como tema para las siguientes semanas. Tomar una posición al respecto no deja de ser arriesgado, ya que siempre sale a flote la discusión forzosa respecto al carácter del derecho como ciencia. De una u otra manera, hablar de método jurídico [científico], es tocar, ya sea lateralmente, el de la cientificidad del derecho, y por tanto, embrollar ambos temas. Se puede hablar de método exegético, sin duda; pero el problema sigue gravitando. De lo exegético, no se sigue la cientificidad metódica, ya que el derecho no se consuma en la legalidad. Seguir un objeto de estudio constituido por un hecho, por ejemplo, rompería ese pretendido método y lo reduciría a un mero procedimiento de análisis.
    Por otro lado, la diversidad de métodos que se empezaron a enumerar en el pizarrón, dejó ver otra inconsistencia o dificultad para esclarecer la pregunta. El mero método cartesiano ya otorga de por sí un camino [duda, desintegra, integra y concluye] muy poderoso para abordar un problema; y si se le suma el holístico [contempla desde diferentes ángulos disciplinarios], bien puede esta combinación pasar como método omnidisciplinario. Entonces, hablar de un método jurídico en específico sería de antemano proporcionar una vertiente diferente a éstos.
    Es muy arriesgado decirlo, y de sería más prudente declarar la poca reflexión al respecto, pero en lo personal creo que si hubiera un método jurídico específico o particular de nuestra disciplina; uno que pudiera lucirse como propio, en todo caso, tendría qué partir de la concepción tetradimensional del derecho que propone Atienza. Especular entonces sobre el mismo, implicaría una reflexión más detenida y responsable que el solo señalarlo como posibilidad. Pero como sea, la rigurosidad de éste siempre estaría pendiendo de la validez o invalidez de una concepción particular del derecho. Si el fenómeno jurídico pudiera describirlo la filosofía, o la política, no es tema que merezca ninguna atención, por que francamente sería una pérdida de tiempo; pero en cambio no lo es tanto si se contempla como ciencia social, por que en ese caso incluso la filosofía tiene mejor forma de defenderse que el derecho. Parte de la sorpresa que he tenido en el posgrado ha sido precisamente el plan de estudios: la incorporación de tantas herramientas cercanos o parte abierta de la filosofía: epistemología, metodología [buscar las causas de la cosa], y en especial, “lógica”; además de las herramientas técnicas imprescindibles para una investigación científico-social: Técnicas de la Investigación, y ésta materia misma de Investigación y Expresión. Es decir, para regresar al tema de si existe o no un método jurídico propiamente dicho, que el derecho ante todo sigue pendiendo, quizá por fortuna o quizá no tanto, de su raíz u origen.
    Como sea, y para no rehuir el contestar la pregunta que se nos dejó de reflexión para esta semana, considero que no existe un método jurídico, o si existe, éste método pendería de la concepción que se tenga del concepto “derecho”, en primer término; y en segundo, que si existe, de cualquier manera también estaría supeditado ante todo a la búsqueda de un método científico, que justifique primeramente como científicas a lo que llamamos ciencias sociales.

domingo, 11 de septiembre de 2011

CUARTA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


El relativismo de “la verdad”...

    En clases pasadas ya se estuvieron abordando temas de lógica, como fundamento indispensable de la argumentación, y en específico, de la Argumentación Jurídica.
    Las herramientas de la lógica están siempre presentes en todo razonamiento que se pretenda válido. La lógica nos proporciona una guía de revisión o corrección del pensamiento, que es insoslayable en cualquier tipo de reflexión, y más cuando se trata de una que se pretende científica. Se trató el tema de las operaciones básicas de la lógica [se nos recomendó el libro de Pedro Chávez C.]: a) el concepto, b) el juicio, c) el razonamiento, etc. ; se habló de los principios de la lógica: a) del de identidad, b) de no contradicción, c) del tercero excluso, y d) de la razón suficiente. Y también se reflexionó sobre lo que son los argumentos deductivos e inductivos; y de los errores o vicios del razonamiento [la falacia, especialmente]. Del diálogo y la dialéctica... etc. Pero de todos los temas que se abordaron, quizá el más interesante haya sido el de ubicar dentro de todos ellos el concepto de verdad.
    La verdad, como se sabe, no es sino una declaración de corrección que pretende ser universal; es decir que ésta sufre a su vez del relativismo propio que adquiere cualquier aseveración científica o cotidiana: el razonamiento pretende universalidad, ante todo; y su validez depende entonces, como nos lo muestra la historia del pensamiento, más de las posibilidades de refutación de ese razonamiento, que de su valor intrínseco. El valor “verdad” no puede ser un absoluto incondicionado y totalizador, ya que los propios fundamentos sobre los que se edifica son la explicación de su vulnerabilidad: todo razonamiento es una interpretación, y como tal, una invención de la realidad que no sobrepasa las limitaciones de la razón humana; o en todo caso, que no puede desligarse de ella, como su origen y explicación.
    Si de un conjunto de razonamientos se puede concluir un modelo de explicación para un fenómeno determinado, éste modelo se cimenta ante todo, como posibilidad de explicación, pero no como descripción absoluta de la realidad que pretende explicar. Finalmente, en un extremo de brillantez científica, no sería más que una descripción funcional, útil, en tanto no exista un mejor modelo que explique de mejor manera el fenómeno descrito. Bajo esta dinámica aparentemente sofocada de incertidumbre, es que se ha construido la ciencia moderna. Pero este relativismo resultante a su vez apuntala a la ciencia misma, ya que el entramado intelectual moderno [cartesiano] toma a la duda como el más estricto de los principios del conocimiento.
    Dudar entonces no sería una debilidad de la ciencia, sino su fundamento. Por tanto, de la duda sobre la validez de cualquier modelo explicativo de la realidad, se nutriría la aspiración científica. Visto históricamente, la detracción de un modelo teórico determinado por otro mejor estructurado o con más fundamentos de validez, no implicaría sino su culminación, o mejor dicho, su perfeccionamiento. De este modo, es que podrían contemplarse una infinitud de teorías aparentemente fallidas [como el de la generación espontánea de Huxley, o las tremendistas de Malthus, ambas del siglo XIX]. De su falibilidad aparente, se desprendería la posibilidad de construcción científica, teniendo al fallo científico como aliciente de la ciencia misma.
    Por otro lado, se podría concluir que cualquier postulado científico carece entonces de permanencia: su validez, o pretensión de verdad, estaría reducida incluso a una interpretación de carácter histórica o generacional. No podría trascender los límites que imponen los fundamentos de la ciencia [la duda] ante todo, ya que si lo hiciera se constituiría en una paradoja inmovilizante del conocimiento.

CUARTA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]

La función del Marco Teórico, y el recurso de citar por citar

    Esta semana continuamos con el tema de los requisitos que debe reunir un Protocolo de Investigación. Uno de los temas que fueron más comentados fue el del Marco Teórico. Lo que es, y la función que juega en una investigación.
    Un Protocolo debe contar con una marco teórico o de referencia, que dé base a la investigación. Entre otros, éste marco teórico estaría constituido por todas aquellas teorías, y en general, cuestiones doctrinarias relativas al objeto de estudio. No debe de exceder su función de base, sino dar paso al pensamiento original del investigador. Una de las recomendaciones que hizo el maestro es no caer en la tentación de citar por citar. Hubo una reflexión crítica respecto aquellas tesis o trabajos de investigación que a partir del argumento de autoridad que representan algunos autores, pretenden fincar ahí la validez de las opiniones propias.
    La función del marco teórico, sería ante todo la de dar base a especulaciones o críticas al propio pensamiento que se invoca como autorizado. Se tiene qué tomar en cuenta ese pensamiento, pero no en virtud del argumento de autoridad que podría representar eventualmente, sino en razón del fundamento que podría representar para la investigación emprendida. De ahí que las citas deban cuídarse al extremo: dárseles un contexto justo y merecido, y no abusar de ellas. El marco teórico, sobre todo, debe ser un fundamento de la investigación, y no un recurso, ya sea para ganar “espacio” [requisito formal según el grado de la tesis de que se trate], o para pretender asirse de la autoridad de un tercero para dar fortaleza a los argumentos, posiciones, o conclusiones propias.
    Personalmente considero que esta función de que se habla, tiene qué ver sobre todo con una cuestión práctica: cuando finca uno el propio pensamiento en el pensamiento de otro, también se ancla a sus posibles limitaciones. Y una investigación, aún más cuando se trata de una tesis para obtener un grado académico, debe contener, hasta donde sea posible, conocimiento nuevo, original. La secuencia de citas en una investigación por tanto, debe atender a las necesidades inevitables de la misma, ya sea para su prosecución, o para su crítica. Pero en uno y otro casos, el marco teórico y las citas que se pudieran desprender, deben supeditarse al objetivo de conseguir una investigación original.
La tentación de recurrir a los argumentos de autoridad en una investigación son muy grandes. En ocasiones sin darse uno cuenta, se emplea ese recurso no para darle solidez a los argumentos propios, resultado de la investigación, sino para encubrir sus debilidades o inconsistencias. De ese modo se prende recubrir con un pensamiento ajeno las insuficiencias del propio, y se toma el último y peor camino para pervertir los resultados de la investigación emprendida. Se comentó en clase cómo este recurso incluso podía medirse en páginas: qué tanto de la investigación en una tesis [en cuartillas], se trata de pensamiento original y qué tanto, es de prestado.
    No obstante, el otro extremo podría resultar igualmente criticable. De la misma manera que las citas de pensamiento ajeno pueden ser un abuso en la investigación, también el ignorar a quienes abordado el tema o aspectos del tema que se investiga, puede ser, más que un muestra de soberbia intelectual del investigador, una debilidad de la investigación misma. Sería extramadamente raro que un tema o un aspecto del tema que se investiga no tenga precedentes como objeto de reflexión cuando menos. La ausencia de otro pensamiento en una investigación, y más si ésta es de carácter académico, evidenciaría no una pretendida autosuficiencia intelectual, sino una carencia de investigación sobre el objeto de estudio. En cualquier caso, su invocación como se dijo antes, debe ser por necesidad de contar con un antecedente de pensamiento, referencia o marco teórico, y no para cumplir con el requisito formal de contar con tantas cuartillas, o menos aún, para trasladarle a otro el peso de la originalidad.

domingo, 4 de septiembre de 2011

TERCER SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


La Argumentación, como Persuasión y Comunicación

    Antes de abordar el tema de la Argumentación Jurídica en específico, se estuvo comentando y discutiendo sobre lo que es la argumentación en general. Ya se nos adelantó la necesidad del conocimiento de las operaciones lógicas elementales, pero antes de ellas habría qué establecer lo que es la argumentación en específico, y analizar con detenimiento el proceso de comunicación. Éste último tema fue el que generó más atención por parte del grupo.
    Argumentar comprende la justificación de una idea, y por tanto la interpretación implícita de ésta y todos aquellos fenómenos que la compongan o estén relacionados. El fin de la argumentación es persuadir, a otro u otros de la veracidad de la idea. En esta persuasión pueden entrar en juego operadores lógicos trucados (falacias o sofismas), de los que se debe tener cuidado o atención; ya sea para no formularlos o para no dejarlos pasar por alto, si se presentaran.
    Cuando se argumenta, se comunica. No es posible ninguna argumentación sin comunicación. Se puso énfasis en clase respecto a los elementos de ese proceso: 1. Emisor. Debe ser claro, sencillo y entendible; 2. Mensaje. Debe contar con un Código de Comunicación, entendido como lenguaje; y 3. Receptor. Que sería el destinatario del mensaje, y específicamente, el objeto de la persuasión.
    De estos tres elementos se pueden desprender muchos más, pero son en suma lo que constituye un proceso de comunicación genérico. En ocasiones, por ejemplo, se necesitará de un intérprete del mensaje, si éste estuviera de algún modo cifrado. Las variaciones posibles son muchas, y se podría reflexionar mucho al respecto, pero para el objeto que se persigue es suficiente con establecer que el proceso de comunicación es un fenómeno que debe tenerse muy en cuanta al momento de Argumentar. Existe, por ejemplo, una pretensión primaria del emisor del mensaje, para que éste se comprenda; el destinatario puede ser individual, colectivo, e incluso impersonal (un auditorio no presente).
    La argumentación, por otro lado, en cuanto que proceso de comunicación, podría componerse de imágenes, símbolos, o en el caso, como un discurso oral o escrito.
    Precisamente por lo anterior, y respecto al fin persuasivo de la argumentación, ésta podría emparejarse a la retórica, pero no se le debe confundir. Mientras la retórica se encamina a las “formas bellas”, para persuadir, y desatiende en pro de esas mismas formas, al contenido del discurso, la Argumentación tiene que estar fundada en la corrección lógica de su formulación.
    El derecho como discurso estaría siempre asociado a la validez lógica de su argumentación; sin embargo, en este punto, puede resaltarse el hecho de que la “bella forma” que distingue a la retórica, no necesariamente se confronta con la Argumentación. La retórica, tiene el mismo fin que la argumentación (persuadir), solo que en ese propósito no atiende al contenido del discurso en sí mismo. Luego entonces, si lo atendiera, sin deshacerse de su preocupación estética, se colocaría más como un medio que si finalmente no beneficia a la persuasión buscada, tampoco necesariamente tendría por qué estorbarla, siempre y cuando se sujete a la rigurosidad lógica que requiere y compone a la argumentación.
    En el proceso de comunicación que surge en la argumentación, también se presentan otros fenómenos que pueden alterar el argumento mismo. En clase de discutió respecto al proceso de comunicación política actual, que por razones mercadotécnicas anula el argumento. Este problema, trasladado al ámbito jurídico, dejó ver que los canales de traslado de un mensaje (jurídico) determinado, también podrían verse viciados por razones que se sobreponen a la corrección lógica del argumento. Como conclusión a este tipo de vicios, por supuesto, debe entenderse que la calidad de la argumentación siempre debe propender a la corrección lógica de sus postulados, y no a los efectos deseables o no deseables de aquella.

TERCER SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]


La Receta de Cocina

    El efecto que produjo la lectura del Kibalyón en el grupo, dio pie para que esta semana se abordaran los temas del método científico desde otra perspectiva. La duda respecto a la validez del conocimiento, se centró en el método que se sigue para obtenerlo. Cualquier aseveración respecto a un eventual resultado, se centra no en la conclusión, sino en el camino que se sigue para obtenerlo.
    Para abordar el siguiente tema de la semana, se nos encargó llevar una "receta de cocina", un manual de reparación de algún electrodoméstico, o cualquier otro tipo de manual que describiera un procedimiento. Finalmente lo que más abundó fueron las recetas de cocina. En éstas, cada paso, lo mismo que en un Protocolo de Investigación, tendría como fin la consecución de un resultado. No estarían limitados en cuanto a un número específico, pero sí en cuanto a la secuencia u orden de cada uno de ellos. Respecto a la alteración de éstos, por consecuencia, en una y en otro, habría una consecuencia negativa. Y esa precisión en el seguimiento de cada uno de los pasos, no es relativa a cada en sí, vistos independientemente, sino respecto al fin determinado que se persigue. A partir de la reflexión fue como se abordó el tema de los pasos que se deben seguir en una investigación de carácter científico. El protocolo de una investigación sería el primer símil útil de esa "receta": está integrada por pasos. Sin embargo, esta comparación podría extenderse a cualquier tipo de investigación, incluso la de un procedimiento judicial. A reserva de que será un tema que se abordará con más detalle en clases posteriores, se dio un panorama de los pasos para elaborar una investigación.
    El primer paso del protocolo lo constituye el planteamiento del problema a investigar, el cual debe ser de carácter cerrado en su respuesta; debe corresponder implícitamente a un Sí, o a un No. En seguida, debe atenderse a la justificación de ese problema de investigación; en la que sobre todo, se debe resaltar su relevancia y pertinencia: académica, social, temática, etc.
    El segundo paso es la formulación de la o las hipótesis. La hipótesis sería la respuesta tentativa a la pregunta de investigación. Esta respuesta, debería implicar un valor negativo o positivo, correspondiente a la pregunta de investigación. En todo caso, de no descartarse del todo la formulación, se debería resaltar lo probable o validez parcial de la hipótesis, pero siempre anteponiendo el método por el que se llegó a ese resultado, al carácter del resultado mismo.
    Un tercer paso sería el diseño de los medios de prueba de la hipótesis planteada. Esta sería la parte más difícil de la investigación. La estructura misma que se planteé ya de entrada sería el camino a seguir para esos medios de prueba, y en primera instancia lo constituiría el planteamiento del capitulado a desarrollar.
    En este tercer punto se hizo una reflexión sobre los errores más comunes que se presentan al formular el capitulado. Uno de ellos, es el de la "costumbre" de guiarse por otros capitulados, sin reflexionar sobre su utilidad como medios de prueba. Se puso el ejemplo de la inclusión de un apartado de "antecedentes históricos", o de incorporar un capítulo de "derecho comparado". No es que no se puedan incluir, sino que se debe reflexionar sobre si son o no útiles para la investigación en concreto que se lleva a cabo.
    Como sea, el símil de la receta de cocina fue útil y suficiente respecto a que tanto ésta, como el diseño de un Protocolo de Investigación, comparten la posibilidad de incorporar variaciones personales que finalmente redundan en el producto final. No acortan la creatividad, sino que son una guía necesaria para conseguir un propósito. La secuencia de cada paso es importante, ya que el previo justifica al posterior, y juntos son el camino para conducirnos al resultado que se busca: en el caso, probar afirmativa o negativamente la hipótesis planteada.

domingo, 28 de agosto de 2011

SEGUNDA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


El Kybalión II

    En un principio, fue muy notable la incomodidad que generó en el grupo el encargo de la lectura del Kybalión. Pero también fue notable cómo la discusión fue abriendo camino para el desprejuicio y la lectura obligadamente seria que impone hacerlo desde una aula de posgrado. La mera redacción ya supone un conflicto frente a la lectura de textos jurídicos que si de algo sufren y algo se proponen es hacerse de herramientas que lo auxilien paso a paso en sus pretensiones de validez, y eventualmente de cientificidad.
    Continuando con el tema de lo difícil que resulta la lectura de este texto, ésto se da especialmente en aquellas afirmaciones categóricas y tajantes, que en su forma parecen acercarse más a lo religioso, e incluso, al pensamiento que desde Occidente se considera ocultista. Algunos de sus principios parecieran estar formulados para no ser entendidos: crípticos, y de un carácter excluyente por su determinismo. La intención es abiertamente declarada (un conocimiento cerrado, “excepto para los oídos del entendimiento”), y su efecto paulatino, es que deja al que lo estudia en una categoría de desesperanza sin salida ante muchos de sus postulados, y por tanto, excluido de la posibilidad de “la sabiduría”.

Los pilares de la Cultura Occidental

    La crítica del concepto razón, ya se dio en el propio Occidente, desde hace casi dos siglos: a lo largo de buena parte del siglo XIX, los intentos de fundar todo el conocimiento en el concepto de razón llevó a lo que quizá se podría considerar como “excesos autolimitativos”, los que a su vez generó la búsqueda de otros caminos que dieran salida al relativismo, las contradicciones y la limitación endógena de ese concepto, como herramienta y postulado.
    El concepto de razón occidental sin embargo, no puede disociarse de los grandes pilares sobre los que se ha fundado la cultura en occidente: a) Grecia, b) Roma, y c) la influencia histórica del cristianismo-judaísmo representados por la Biblia. La cultura occidental está fundada en dogmas no solo religiosas, sino en comprensiones políticas, jurídicas, históricas, económicas, estéticas, etc., que son resultado también de la exclusión de otras formas compuestas que también son capaces de explicar al mundo.
    Al respecto, otro aspecto a resaltar es que la lectura del Kybalión nos deja también expuestos ante la otra gran visión del mundo que existe: el conocimiento Oriental. Éste, difiere incluso en método (su respeto por la diversidad como elemento característico de la naturaleza, por ejemplo; incluido el hombre, como parte de ella), y aún con todo es evidente su efectividad y validez. Arte, Religión, Ciencia, y Derecho, existen en ambas partes del planeta, pero aún con todo y la globalidad primitiva del conocimiento que se ha dado especialmente de dos siglos a la fecha, las diferencias siguen siendo notables. Y si eso ocurre en un mismo plano de tiempo (el presente), cuanto más se podría considerar respecto a las culturas aisladas que en uno y otro lado del mundo han sido capaces de alcanzar altos de grados de complejidad en su conocimiento: se trate de una cultura de las surgidas en Meso y Sudamérica (especialmente las Maya e Inca), o la militar y políticamente insuficiente de Cártago; o en el caso concreto, el supuesto de Egipto antiguo como fuente del Kybalión, todas estas formas de ver el mundo y comprender el conocimiento, la ciencia y la razón humanas, son difíciles de digerir a partir de una sola perspectiva [la occidental]. Y sin embargo...