domingo, 20 de noviembre de 2011

DÉCIMOCUARTA SEMANA [Teoría de la Argumentación Jurídica]


Breve recuento del semestre, y notas de la Exposición

    Como este es un espacio libre [así nos lo hizo saber el maestro, Doctor Armando Hernández Cruz], quisiera hacer un recuento de lo que ha sido este semestre. Antes que nada, hay que decir que fue muy estimulante intelectualmente la variante pedagógica de incorporar el uso de los medios informáticos para ir, semana con semana, reflexionando sobre los temas vistos en clase. En lo particular me agrado el hecho de preparar las notas para cada escrito, pero debo decir también que lo más difícil fue el uso del twitter. Y lo anterior, no por que no lo sepa usar, sino que jamás me imaginé que fuera tan complicado sintetizar en 140 caracteres un pensamiento. No me fue nada fácil. El uso de Facebook en cambio me fue más agradable. También tiene límites, pero es una herramienta extraordinaria, que sea bajo ese servicio o cualquier otro que lo sustituya, es claro que tiene muchas décadas de vida.
    Escribir semana a semana le implica a uno estar bajo cierta alerta; guardando notas, y no dejando pasar alguna reflexión que se nos ocurra en el momento. Pero más que otra cosa, la posibilidad de la expresión permanente es insustituible.
    Por otro lado, es cierto que la ausencia del papel en la entrega de tareas le deja a uno, algo así como una especie de incertidumbre sobre la calificación final que se obtendrá, pero dejando uno de verse a sí mismo, puede apreciarse que con el tiempo, no habrá otra manera de hacerlo, y entonces lo que se verá extraño y generará incertidumbre, será el uso del papel para la entrega de trabajos en clase.
Exposición:
    Pudimos exponer los otros dos compañeros y yo. Hubo una pequeña discusión en clase, pero creo que en términos generales salió bien. A continuación, la parte de extracto que me tocó exponer, y que pasamos en copia al grupo:
    La Legitimidad democrática del juez constitucional [CÁRDENAS GRACIA, Jaime. La Argumentación como Derecho. México, Instituto de investigaciones Jurídicas-UNAM, 2007; pp. 155-199.]
    Si en virtud de la paulatina superación del positivismo, en los jueces recae más la tarea de interpretar y ponderar, que la de solo “aplicar la ley”, y tienen la capacidad en los hechos, de anular leyes dictadas por el otro poder, el legislativo, éste sí, elegido por una mayoría cierta y cuantificable, entonces, en términos democráticos: ¿cual es el carácter de su legitimidad, y de donde surge; cuando los jueces “han sido adjetivados -por lo menos los constitucionales”- como poderes contramayoritarios?
    El nuevo Estado Constitucional, expone Cárdenas Gracia, -en oposición al Estado de Derecho- permite una rectificación al concepto de democracia basado en el poder de las mayorías, ya que en este nuevo Estado, la democracia implica también el respeto a los derechos humanos de todos, y por tanto, la expresión de éstos en principios constitucionales, y por consecuencia, su argumentación y sustento por parte de los tribunales. De ahí que a partir de la asunción del neoconstitucionalismo o principialismo (como algunos lo denominan), se impongan preguntas respecto a esta relación entre Juzgador y legitimidad: a) ¿Por qué el Poder Judicial, que no es producto de una elección popular, puede invalidar una ley emanada del Legislativo?; b) ¿Cómo la decisión democrática puede ser interferida por quienes no representan a nadie?; c) ¿Por qué parece que en el Estado constitucional democrático de derecho el poder se traslada del legislador al juez?; d) ¿Cómo se puede conciliar la legitimidad democrática con los derechos humanos?
    La legitimidad de un Poder Judicial depende de la dirección de sus decisiones. Afirma Cárdenas Gracia, retomando a Habermas y a Perelman, que para ser legítimo, el Poder Judicial se debe dirigir a un Auditorio Universal, y que lo hace cuando a través de sus decisiones “promueve los canales de la democracia participativa y deliberativa, es decir, establece las condiciones para generar las bases comunicativas en la sociedad y desarrolla la sociedad abierta y tolerante”... “cuando hace posible que las precondiciones de la democracia: libertad de expresión, derecho a la información, reunión y manifestación, se expandan e irradien en los ámbitos públicos y privados de la sociedad y en el Estado”; y “cuando se orienta a la protección de los derechos humanos en el sentido de consolidar una Constitución normativa”.
    Para lograr esta dirección en las decisiones del Juez constitucional y del Poder Judicial, se precisa de cambios institucionales y de cultura jurídica. Resalta algunos ya señalados por la doctrina: a) vinculación con el legislador democrático y con el Ejecutivo; b) racionalidad y justificación de las decisiones; c) garantías orgánicas; d) garantías procesales, y e) vinculación con la sociedad.
Una de las propuestas más significativas de Jaime Cárdenas, es la que denomina “control obligatorio previo de constitucionalidad abstracto”, que consiste es una reforma que le permita al Juez constitucional señalarle al Ejecutivo o Legislativo, las deficiencias constitucionales que pudiera presentar una ley o reglamento, pero antes de ser promulgada. De esto modo no sería necesario que posteriormente se pronunciara por la declaración de su inconstitucionalidad.
    Este mecanismo, permitiría una discusión interinstitucional entre Poderes, que finalmente evitaría que al momento de promulgar una ley, ya de entrada, se erosionara la legitimidad democrática de los Poderes Legislativo y Ejecutivo; al contar con esta posibilidad, a su vez, el Poder Judicial lograría comunicarse de mejor modo [a través de sus decisiones] con el Auditorio Universal: “Sería una forma de crítica interna del derecho... La medida corregiría las deficiencias deliberativas existentes en el Parlamento...

DÉCIMOCUARTA SEMANA [Investigación y Expresión Jurídica]


Exposición: "Elaboración de un Ensayo-Guía, como parte del Cronograma y del Plan de Trabajo"

     Uno de los temas que más me llamó la atención a lo largo del semestre, fue el de los problemas a los que se enfrenta una investigación. Quizá me llamó tanto la atención por que sufro de lo que muchos: en el proceso de investigar, seguido me atraso o me desvío de los temas, o me tardo en algo más de lo programado, etc.
Por lo anterior, y la experiencia particular que sufrí en las vacaciones pasadas avanzando en la tesis, es que me decidí por exponer un tema con el que quizá alguien más se identifique.
    Inicié la exposición preguntándole a los compañeros si les había ocurrido alguna vez el “releer algo que escribieron, luego de un tiempo”...
    Cuando uno lo hace, quizá pueda sonrojarse por alguna falta de ortografía que se encuentre por ahí, o por la ingenuidad de lo escrito... o quizá por lo conmovedor de verse a uno mismo en el tiempo, unos años atrás... o siendo niño o adolescente...
    “Si alguien ha escrito alguna vez un diario o alguna reflexión... seguro le ha ocurrido también que al volverlo a leer se le vienen a la mente las emociones que vivieron cuando estaban escribiendo. Y tal vez para otra persona esa nota o reflexión no le diga mucho, o incluso no signifique nada; pero para uno, independientemente del contenido o forma de lo escrito, el texto y los símbolos, pueden llegar a ser toda una evocación de estados emocionales [o traumáticos, o pasionales, o anodinos], posiblemente ya olvidados, o no tan frescos en la memoria. Releerse puede tener ese efecto: traer fragmentos de memoria, que por diversas razones quizá se hicieron a un lado con el tiempo.
    “En las vacaciones pasadas estuve avanzando en mi proyecto de investigación. Pero por una u otra razón [falta de experiencia sin duda], en vez de avanzar, sentía que me estaba perdiendo: era como estar construyendo un laberinto. En ese casi mes y medio, no pude evitar hacer notas y saltar de un capítulo a otro, lo que fue alimentando un pequeño caos de notas y citas, junto a reflexiones aisladas. Pensando en todo eso, y ante la frustración que sentía por no poder avanzar en la tesis faltando tres semanas para entrar a este semestre, terminé por cambiar de estrategia y ponerme a darle orden a todo lo que había hecho durante casi un mes y medio.
    “Me sentía abrumado, así que me quise reconfortar un poco con ese intento de orden. Pero la cuestión es esta: que al hacerlo, en un solo domingo, sentí que avancé más que en el mes y medio anterior. Ya con el material ordenado, pude distinguir de mejor manera todo el proyecto de la investigación. Volví a tener el control de la idea inicial que me motivo a escoger el tema. Antes me empezaba a sentir perdido, y eso aumentaba en parte la presión para seguir estudiando. Este aliento de orden me llevó a que durante los días siguientes hiciera lo mismo, pero con un añadido espontáneo: seguí revisando el orden de las notas, pero le fui anotando otras ideas que aquel caos en que me encontraba no me había permitido. En una de estas notas casi me llevé dos cuartillas; no es importante la cantidad, sino el efecto que tuvo ordenar las cosas.
    “Las tres semanas siguientes, con el ánimo que traía, seguí avanzando, y al final, de catorce cuartillas originales que sumaban notas, citas y reflexiones aisladas, terminé casi con treinta. No es un ensayo propiamente dicho, no es para publicarse, es como una especie de Ensayo-Guía que mantiene el orden del trabajo realizado, y más que nada, le da consistencia y unidad de la idea que originalmente me motivó.”
    Sé de antemano que la idea no es para nada ortodoxa, y en algún momento se podría constituir como un lastre si no se tiene cuidado en observar el cuidado metodológico necesario para toda investigación. Tiene uno que tener eso en mente siempre. Ése Ensayo-Guía no tiene el propósito de ser el “Capítulo Tal”, sino la base sobre la que se haga el borrador previo a la redacción final.
    Finalmente, tampoco es algo tan novedoso: muchas de las veces así escribimos, la única variante quizá es que haciéndolo desde un inicio -Una guía-, en buena medida se evita el riesgo de perderse en la investigación, y las consecuencias que eso tiene en el ánimo para seguir adelante...