jueves, 4 de agosto de 2016

La impostura de la ley...

Provocador: Tan prepotente, tan agresivo, tan racista, y tan clasista, como lo presuntamente denunciado
Igual de imperdible el discurso del actor, que el de sus seguidores.



"Lords..."




Captura de pantalla: http://astrolabio.com.mx/delegada-ordena-a-arne-aus-den-ruthen-que-le-baje-el-tono-en-periscope/
Link Original del video:  https://www.youtube.com/watch?v=G3gI3vxdyjw
Canal: Retransmisiones-Noticias CDMX: https://www.youtube.com/channel/UCdXgnIlhlgjpgyHBIt-feUA

martes, 10 de mayo de 2016

Mil razones para apoyar


I
    Ya se están cumpliendo dos meses que La Delegación emprendió el injusto y ciego desalojo de los comerciantes del Mercado de Rumanía. En un escrito de apoyo anterior se expusieron algunas razones de por qué algunos vecinos no estamos de acuerdo con eso.
    Aunque estas dos últimas semanas paulatinamente y con dificultades han vuelto a ocupar parcialmente sus espacios, no los han dejado trabajar tranquilos: acosándolos, estorbándoles sus lugares con vehículos de la Delegación, amedrentándolos con operativos policiacos, o incluso con la presencia de entre treinta o cuarenta golpeadores que hace unos días hicieron base en la calle de Santa Cruz y Bélgica. Estos golpeadores estaban encabezados por personal de la Delegación, no había ni una sola mujer en el grupo, algunos lucían chalecos con logotipo oficial, eran mayormente jóvenes, y algunos traían corte tipo militar.
    Por otro lado, durante estos días que el mercado se ha instalado, y contrariamente a lo que se argumentó en su contra, la presencia paulatina de la gente ya sea comprándoles o vendiéndoles cosas, ha sido una clara muestra de solidaridad y aceptación comercial. El Mercado de Rumanía es un mercado que funciona bien, es una fuente importante de comercio para la zona de los tres mercados, y pretender desalojarlos es un acto bastante insensato de Gobierno. 
    Han afectado económicamente a muchas familias, y ya tienen más de medio año acosándolos de varias maneras.
    Hasta ahora y como se ha ido sabiendo, la organización de comerciantes de ese mercado se ha conducido en sus demandas de una manera muy respetuosa ante los involucrados: la Delegación, el Gimnasio, el Gobierno Central, con la Asamblea Legislativa vía una Comisión que se supone atiende problemas de estos, y ante las instancias judiciales que se supone (también) deben velar por el cumplimiento de la Constitución, especialmente de los artículos 1o y 123.
    No es difícil darles la razón.
    La tienen.
II
    El comercio ambulante es bueno. Es bueno para el que compra, es bueno para el que vende, y es bueno para todos. Nadie está ahí por gusto. Pero es una alternativa. Y en eso las calles son como las cárceles: o te vuelves loco o te iluminas.

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    Cuando se aprecian de cerca problemas como éstos (actos de Gobierno que atentan tan burdamente contra los derechos más elementales de la gente), entiende uno el coraje acumulado que lleva a las personas a la desobediencia institucional.
    Termina por tener sentido: si las instituciones no sirven para defender los derechos de la gente, la gente tiene la necesidad de desobedecer a las instituciones, no obstante el castigo por ello. Mejor que se consume el círculo. Se trata de una falta de opciones.
    ¿Y si mañana piden no respirar? ¿También habría que hacerles caso?... Cuando menos para eso sí podría servir la historia: el Partido que gobierna en la Delegación, predicó durante algunas décadas, la Desobediencia Civil ante los actos arbitrarios de Gobierno.
    Su lucha de resistencia cumpliría los requisitos... Pues no están luchando solo por los derechos de ustedes, y los demás comerciantes de la zona lo saben.
    Mucha gente les desea lo mejor en su lucha, porque es una lucha justa: el Gimnasio nuevo les debe mucho dinero por publicidad adelantada, ya que esa esquina tiene mucho prestigio por su trabajo de décadas. Y precisamente eso es lo más grave de lo que quieren desalojarlos: de su propia historia.
    La riqueza es la historia.
    Se quieren quedar con toda la riqueza, y por eso el desalojo.
    Los argumentos de la Delegación son falsos.
   Su historia es un escudo. Si se los quitan, los demás también serán más vulnerables.


III

    No deja de haber un cierto grado de clasismo en la agresión del desalojo, por la forma tan diferente de trato que puede observarse hasta ahora.
    Una obsesión histórica de los gobiernos que se pasan de lanza con la gente es esa: gritar a todos día y noche que la mayoría son los alterados. Los que están mal.
    Como en las películas de zombies.
    Dentro del pequeño grupo que alega estar sano, siempre están los privilegiados del desastre (casi siempre provocado por ellos mismos), y con todo, todavía así se atreven de acusar de alterados a la mayoría de los demás (que los persiguen)...
    La calle se hizo para ganar dinero.
    No tiene nada de malo vender en la calle, y realmente hay muy pocos lugares en la Ciudad que justificadamente no lo permiten. El comercio ambulante es una alternativa legítima para la gran mayoría de la gente.
    Justamente el primero de mayo pasado, salió en las noticias que oficialmente el 57% de los trabajadores del país se encuentran en lo que llaman “la informalidad”.
    Ya todo el mundo sabe que las cifras oficiales están maquilladas para su molino, pero cuando menos ese porcentaje no lo pueden tapar...
    Y en ese contexto también debe verse lo arbitrario e insensato de pretender desalojar el Mercado de Rumanía... 
    ¿Que se pueden esperar los demás comerciantes de la zona?... 
    ¿La arbitrariedad es la que va a encontrarle una alternativa a tantas fuentes de ingreso para cientos de familias, a tanta tradición e historia, a tanta cultura, y a tanto comercio?
    ¿De qué quieren que viva la gente entonces?
    ¿A qué le llaman informalidad? ... ¿A la única alternativa que le queda a la gran mayoría de la gente? ¿Acaso alguien creé que es bueno no contar con seguridad social, o trabajar en la intemperie?
    ¿Siquiera conocen lo que es eso?
IV

    Todos los argumentos que son usados en contra de la gente que hace comercio en la calle, son argumentos tramposos y clasistas.
    Algunos en el extremo de su discriminación, dicen: Son informales porque no pagan impuestos. Eso no es cierto. 
    Están en un error. 
    La gente más pobre y especialmente todos aquellos cuya única alternativa es vender en la calle, son los que más impuestos pagan, porque no pueden escaparse de ninguno.
    En la calle se pagan impuestos por todo. 
    Cuando se come, cuando se compra, cuando se viaja.
    El que compra gasolina o un chicle, paga impuestos.
    En cambio, es público que los más ricos son los que menos pagan impuestos, ya sea por esto o por aquello, empezando por una simple operación lógica. Las diferencias políticas y socioeconómicas en México son ya tan graves, que entre más rico seas, menos y menos y menos pagas impuestos. Muy poquitos tienen todo, y muchos no tienen nada.
    Entonces, si la calle es para ganar dinero (según cifras oficiales, para el 57%), y el dinero trae el sello del Gobierno, una parte en directo se va al Gobierno tan solo en concepto de la devaluación constante.

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    Ahora que es 10 de mayo, y pensando en todas aquellas familias que dependen del Mercado de Rumanía, viene a la mente una noticia que salió el pasado 5 de mayo en el Proceso. Decía “Increpa niña a Xóchilt Gálvez por retiro de ambulantes...”. “No quiero ser como usted”,1 le dijo una niña de sexto año de primaria a la Delegada (también panista). Su madre estaba entre unas comerciantes ambulantes retiradas.
    Los niños de primaria pueden comprenderlo.
    La calle es de la gente. Ni las camionetas, ni los granaderos pueden estar ahí por siempre, y en cambio la gente sí, porque su necesidad se los impone.
    Tienen razón todos aquellos que se oponen a ese tipo de actos tan ofensivos e insensatos de Gobierno.
    Tienen razón en resistir y defender su espacio, y más si está repleto de historia como es el caso del Mercado de Rumanía.
    Su lucha es justa. Y van a vencer. El tiempo les va a dar la razón. Existen muchas formas de resistencia ante un acto arbitrario de Gobierno. No es fácil, pero es lo correcto por más difícil que sea.
    Ustedes tienen la razón, y es importante su historia.

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miércoles, 30 de marzo de 2016

El mercado de Rumanía y Santa Cruz

22 de marzo 2016
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                                           Vecinos y comerciantes

Como están enterados, desde la semana pasada y por decisión de la Delegación, fueron retirados los puestos del mercado de viejo que históricamente se ha ubicado en la calle de Rumanía esquina con Santa Cruz. Algunos vecinos no estamos de acuerdo con eso.
De ese mercado de Rumanía dependen directa e indirectamente unas doscientas familias, y el daño no se reduce a ellos, sino que afecta a la propia economía de la zona, e involucra otros temas.
Algunos vecinos comentan que ese mercado de viejo tiene entre sesenta y setenta años, otros especulan que más de un siglo, pero lo cierto y que no deja lugar a dudas es que esa incertidumbre sobre su historia se debe a que esos tendidos y algunos locales de “cosas viejas”, lo mismo que el mercado de materiales y el propio mercado principal, tuvieron su origen y son reminiscencias del comercio que se daba en el pueblo de “San Simón Ticumac”, que es un Pueblo Originario de la Ciudad de México. Y sobre este tema se puede argumentar mucho.
Así que sobre la cuestión histórica no se trata de cuanto tiempo llevan vendiendo ahí (cada uno de los tendidos) en lo particular, sino que los usos que ahora ejercen para sobrevivir (vender y comprar cosas “viejas”) son usos y conocimiento que se ha transmitido desde hace muchas generaciones, de otros “que antes que ellos también vendían y compraban lo mismo y en el mismo lugar”. La cuestión no solo implica a quienes tienen ahí sus tendidos, con quienes empieza pero no acaba todo; o de sus compañeros que andan por las calles comprando cosas viejas, con camioneta o carretón. Dentro de los afectados indirectos también hay que contar a aquellos que eventualmente les compran, o venden cosas (“viejas”), su historia, entorno e impacto económico.
II
Algunos vecinos de la colonia estamos enterados del abusivo y falso argumento para desalojarlos. Por supuesto, para estas alturas ya todos saben que lo del “estacionamiento del Gimnasio” (con que empezó todo), solo fue un vulgar pretexto.
El Gimnasio solo está en la esquina (con Santa Cruz). ¿Por qué tenían que arrasar con todo el mercado?…
¿No podían solo recorrerlos, o incluso buscar otras soluciones que mejoraran (estéticamente si ese era el caso) o fortalecieran un mercado que por sí mismo y su historia impacta económica y culturalmente en toda la zona?…
Sin embargo, no solo indigna por si mismo el arbitrario desalojo que sufrieron, sino también las maneras con que se ha perpetrado.
Desde hace meses, se vino fomentando una campaña para su desalojo que incluyó alimentar algunas inconformidades (muy marginales) en la zona vecinal aledaña; el fomento del divisionismo en su organización, la intimidación u ofrecimiento de dinero a algunos de ustedes, y ofrecimientos de una falsa reubicación, etc., artimañas que finalmente culminaron la semana pasada al “ocuparles” toda la calle con camiones de granaderos, camionetas de la Delegación, policías y hasta una patrulla con la sirena encendida para continuar con el amedrentamiento.
Todo un despliegue logístico para quitarle el sustento a un par de centenas de familias y a fectar a toda la zona de San Simón-Portales… ¿Con el pretexto de la entrada de estacionamiento de un Gimnasio?
¿Qué la Delegación en serio no tiene la mínima responsabilidad institucional como para buscar otras soluciones? Es penoso que la actividad y recursos de que disponen no estén siendo usados para proteger el entramado comercial y cultural de un mercado como el de Rumanía (sarcásticamente: “aunque se trate de cosas “viejas”), o siquiera llanamente proteger las fuentes de empleo que existen. No se usan para eso, pero sí para destruirlas.
La tal reubicación que se dice les ofrecen no es una solución al problema, porque ese problema es inventado. Solo es un anzuelo. Y no el tema, pero si lo fuera, ¿Qué les haría creer que luego de “reubicarlos” a X lugar, no los volverían a “reubicar” una vez diluida su fuerza?... si aquí en Rumanía que su comercio llevaba 60-70 años cuando menos, no los respetaron…
Había otras soluciones. El estacionamiento de un Gimnasio no es un argumento.
Por ser tan arbitario y pueril ese acto de desalojo, es que tienen razón en organizarse y oponerse como lo están haciendo.
La razón les asiste. No tienen por qué irse. Nos afecta a todos.
Parece que la Delegación no sabe que hay arquitectos o incluso artistas gráficos que podrían diseñar algunos modelos de tendidos para los puestos de Rumanía. Si el problema es la ignorancia, y no el racismo, el clasismo y la discriminación.
Algo sensato habría sido fortalecer ese mercado, no solo por su historia, sino por el impacto económico que tiene. Además de que el comercio también es cultura, y esta es ancestral por el lugar en donde se desenvueve, no solo se afecta a quienes ponen sus tendidos en el “mercado de viejo” en Rumanía, sino a todos los que vienen a comprarles y venderles cosas. Un candelabro “viejo”, junto a unos zapatos de 20 pesos...
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¿Por qué razón quitarlos?...
Tienen razón en oponerse a lo que es un acto insensato de gobierno por parte de la Delegación. Tienen razón en no caer en sus provocaciones y el divisionismo. En estos momentos por supuesto, el único objetivo que han de tener (haciendo a un lado cualquier diferencia) es mantener sus fuentes de trabajo. Y por eso y sus implicaciones de fondo muchos vecinos los apoyan.
En las pláticas de negociación que seguramente están teniendo, debieran incluir un punto cuestionando a la Delegación o cualquier autoridad que se les ponga enfrente:
Seguro que si hay recursos para bloquear la calle con tantos camiones de granaderos y camionetas para impedirles trabajar, también los debe haber para asignar un cronista que documente la historia de sus tendidos, describa el entorno comercial en que se desenvuelve, y mida impacto económico directo e indirecto. Quizá haya un reporte al final en donde se afirme que a un lado de los tres mercados (el principal, el de Materiales y el de Viejo en Rumanía), se encuentra la Iglesia de San Simón Ticumac, que es un Pueblo Prehispánico.
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Lo que les están haciendo es un acto abusivo y arbitrario. Estén seguros que la razón está de su lado. No tienen por qué irse. Defiéndanse con su historia. No se dividan. Hablen con los vecinos como lo están haciendo. Negocien. Ustedes son muy buenos en eso. Ninguna solución sensata pasa por quitarlos, y menos con el pretexto del estacionamiento de un Gimnasio (que acaba de llegar).
No queremos un Home Depot en el mercado de materiales, ni un Walmart en el mercado principal. Queremos que hagan dos niveles para arriba, sus locales más grandes y les hagan un sótano destinado a estacionamiento. Lo mismo ocurre con el Mercado de Viejo, ya que los tres mercados forman parte del mismo entorno. Hay otras soluciones. No les pueden arrebatar de esa manera sus fuentes de trabajo.
No falta ni imaginación, ni soluciones. Ustedes son muy buenos en eso. Lo que falta es voluntad de la Delegación para tratar a la gente con un poco de respeto.
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